The Company She Keeps (1942) es una novela de Mary McCarthy, una de las mujeres
reseñadas en el libro Sharp. The Women Who Made an Art of Having an Opinion. Me decidí a leerla al saber que Mary McCarthy había logrado con
ella su primer éxito y que lo había hecho escandalizando a no pocos de sus contemporáneos.
La novela está estructurada en varios capítulos
independientes en los que Mary McCarthy mezcla elementos autobiográficos y ficticios. Todos comparten a una mujer joven que habla sin complejos de sus relaciones
con hombres muy diferentes, desde un marido y un amante a los que quiere pero abandona, un jefe tan
arruinado y desastroso como entrañable o un exquisito y snob anfitrión en Manhattan.
Mencionaré dos de las historias que
más me han gustado. La primera se titula The man in the Brook Brothers Shirt
y narra sin reparos la tórrida relación que la joven protagonista
entabla con un hombre maduro y desconocido durante dos días de viaje en tren. En la segunda, The Genial Host, la joven explica cómo ha aprendido a participar en las reuniones más sofisticadas y también a opinar
respecto a las creaciones de otros (un poema, una foto, un ensayo, un diseño, un coctel) apenas aportando una invisible sugerencia. Sabe que sus
interlocutores interpretarán su pequeña crítica (tan ligera que no suma en
el resultado final) como una aprobación sin fisuras de
todo lo demás. Así, reconoce, se autoengañan los creadores inseguros de sus obras, creyendo que comparten "todo" con quien apenas ha añadido una gota al coctel inicialmente bosquejado.
Además de incluir en su novela numerosas, y no siempre amables, referencias íntimas, McCarthy
se atreve a hablar explícitamente de sexo y de mujeres independientes que
sufren por ello, pero que valoran y conservan esa independencia por encima de
todo, incluido el bienestar material que en su época representaba el
matrimonio. Leo que sin su siguiente novela, The Group, no hubieran existido las resplandecientes protagonistas
de la serie Sexo en Nueva York.
Un dato curioso, que una vez más, encaja la piezas de este curioso mundo: los
padres de Mary McCarthy fallecieron en 1918 de la “gripe española” tras un
largo viaje en tren. Como consecuencia de la tragedia, Mary y sus hermanos padecieron
una durísima infancia al cuidado de otros familiares. Pero ella no era una
niña cualquiera, adoraba los libros y lograría estudiar en la prestigiosa
universidad, entonces femenina, Vassar College. No fue sencillo, pero logró abrirse
camino en el mundo intelectual y literario
de Nueva York sin doblegar ni su afilada lengua ni su independencia.
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