Como todos sabemos, el día 1 de mayo se celebra el Día Internacional del Trabajador en casi todo el mundo. Hasta hoy, el 1 de mayo era un día festivo con planes de primavera durante el que, de refilón y algo de cargo de conciencia, la mayoría mirábamos en la tele las banderas rojas de las grandes manifestaciones sindicales.
El 1 de mayo de 2020 las calles están vacías
y las manifestaciones de los
trabajadores son, como tantas otras cosas, ¡virtuales!. Mientras, la televisión, escasa de banderas, hace
recuento de contagios, victimas y … parados. El desastre es de tal calibre que
nuestra vida (la de hace apenas 3 meses) nos parece un cuento de hadas. Tener
trabajo es (después de la salud) la
mayor riqueza que uno pueda poseer o desear. Es una simpleza, sí, pero es irrefutable.
Los datos económicos son como anuncios de neón
en la oscuridad. Aunque solo los mires una décima de segundo, se quedan un buen
rato brillando en tu retina. Y asustan. Una muestra:
Se espera una destrucción de casi dos
millones de empleos en 2020 y una tasa de paro cercana al 19%. El PIB se
reducirá en -9,2%, el consumo nacional -8,8%, las exportaciones -27,1% ...
No pocos de los trabajadores y
sindicalistas que en 1886 salieron a la calle en Chicago reivindicando una jornada
laboral de ocho horas perderían su trabajo e incluso su vida (hubo 5 condenados
a muerte y multitud de heridos, despedidos, encarcelados e incluso torturados).
Muchos avances y también muchas crisis, incluso perores que la actual, han
afectado a los trabajadores desde entonces. Me quedo con la satisfacción de que
al menos en la mayoría de los empleos se respeta la jornada de 8 horas que los
valientes de Chicago reivindicaron.
La novedad ”laboral” de la situación con Coronavirus
es el teletrabajo, una novedad en muchos sectores que ha llegado para
quedarse. Muchos directivos suspicaces pensaban que en cuanto ellos dejaran de
mirar (controlar) los trabajadores en casa pondrían los pies sobre la mesa agarrados
al mando a distancia o una cervecita.
Ahora resulta que no, que la mayoría es responsable y se está funcionando
de forma bastante eficaz. Imagino que estará siendo duro para quienes necesitan
aduladores y ayudantes siempre “a mano”. Tampoco serán amantes del teletrabajo los que usan “la oficina” como coartada perfecta para llegar tarde a casa y decir
que están tan cansados que no pueden ni cerrar la puerta del armario. Yo me quedo con un mix: teletrabajo a
ratos (si tienes una ventana con vistas) y oficina otros, que también allí nos concentramos, aportamos, hacemos amigos y hasta
nos reímos. ¡Cómo cambian los tiempos!
Hoy en España: 215.216
total diagnosticados, 24.824 muertos, 114.678
curados
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