Casi me asfixio ayer en el teatro Matadero con la super mascarilla KNP5 que ahora utilizo en los espacios cerrados, pero mereció la pena. La versión teatral de FARIÑA, la novela de Nacho Carretero, son casi dos horas trepidantes que nos llevan a sobrevolar Galicia desde los años ochenta hasta la actualidad.
Dudaba si sería posible condensar en un escenario los numerosos personajes y aristas del entramado tejido, en los años ochenta, por el contrabando gallego y descubro que empezar la función preguntando a los espectadores si conocen la longitud de la costa de Galicia, y finalizarla escuchando a esos mismos espectadores recordar dicha cifra, es todo un acierto. Son precisamente esos 1.495km de accidentada costa los que en cierto modo explican aquello que sucedió, y continúa sucediendo. Porque esa bella costa es testigo de TODO en Galicia: la vida, los naufragios, la basura, el tabaco, las drogas, el dinero, la violencia, la extorsión y, como no, la muerte.
Cuando hace unos meses veía la serie FARIÑA en televisión acababa cada capítulo con la misma perplejidad “pero si esto no es una serie americana, esto es verdad y sucedió aquí al lado y estaba sucediendo mientras otros fumaban, esnifaban o se destrozaban la venas sin dedicar ni un segundo a preguntarse cómo llegaban las drogas o quien manejaba los hilos del hampa”. Cabalmente consciente de mi presente en los años iniciales en los que transcurren los hechos narrados en FARIÑA, reconozco ahora que apenas me enteré de nada. Solo ciertas noticias, las persecuciones de las lanchas, alguna detención, los jueces, los muchachos enganchados que aparecían en alguna película de la época... Pero Galicia estaba lejos y, no sé, no le dimos demasiada importancia. El contrabando era algo asumido como una herencia de la guerra y la postguerra, se hacía para sobrevivir ¡y qué rico sabía el tabaco rubio americano!
Lo que no entendimos, ni atendimos, fue el hecho de que con el contrabando llegó el dinero negro, los sobornos, las mordidas, la corrupción, poco después la cocaína, la heroína, el derroche, el absurdo con boina, las almas en pena, los enganchados, las familias rotas, la delincuencia, la extorsión, la incapacidad del sistema, la justicia y la policía, a la vez corruptos e impotentes, vencidos.
Fue la heroicidad y la desesperación de un grupo de mujeres honestas y, sobre todo, madres, las que hicieron saltar la banca en aquella espiral de corrupción y, por qué no decirlo, chabacanadas. Porque los nuevos ricos de la droga estaban tan perplejos de su buena suerte, con tantos billetes rebosando sus bolsillos que no sabían ni qué hacer con ellos, aparte de las clásicas juergas con whisky, putas, coches o pazos. La inundación de millones les impedía sentirse siquiera un poco culpables. Eran empresarios, movían mercancías, les pagaban muy bien y su riqueza llegaba a muchos rincones, rezumaba hasta en los bolsillos más humildes, honestos y lejanos. ¿Sabían los jóvenes del equipo de futbol local que sus camisetas las pagaba un señor que por la noche organizaba la descarga de toneladas de polvo blanco disfrazado de fruta tropical? ¿Sospecharon siquiera que algún día ese polvo blanco los mataría?
En junio de 1990 el despliegue mediático y de recursos de la operación Nécora, (encabezada por el juez Garzón, representado en FARIÑA y, casualmente, espectador en el teatro ayer noche) la convirtió en la primera causa que en España logró unir fuerzas en la lucha legal contra el narcotráfico. Hubo cientos de detenidos, acusados, juicio y condenas de cárcel. ¡Bien!
Pero mal: 30 años después, la costa de Galicia sigue teniendo 1.495km de longitud y continúa figurando como bello testigo de muchas cosas, cada noche. Mientras, los capos de ahora ya no se exhiben en ferraris, son discretísimos y van sin boina, pero se ríen de todo y de todos, y brindan, seguros, en lejanos paraísos tropicales, perdón, fiscales.
Lo que no entendimos, ni atendimos, fue el hecho de que con el contrabando llegó el dinero negro, los sobornos, las mordidas, la corrupción, poco después la cocaína, la heroína, el derroche, el absurdo con boina, las almas en pena, los enganchados, las familias rotas, la delincuencia, la extorsión, la incapacidad del sistema, la justicia y la policía, a la vez corruptos e impotentes, vencidos.
Fue la heroicidad y la desesperación de un grupo de mujeres honestas y, sobre todo, madres, las que hicieron saltar la banca en aquella espiral de corrupción y, por qué no decirlo, chabacanadas. Porque los nuevos ricos de la droga estaban tan perplejos de su buena suerte, con tantos billetes rebosando sus bolsillos que no sabían ni qué hacer con ellos, aparte de las clásicas juergas con whisky, putas, coches o pazos. La inundación de millones les impedía sentirse siquiera un poco culpables. Eran empresarios, movían mercancías, les pagaban muy bien y su riqueza llegaba a muchos rincones, rezumaba hasta en los bolsillos más humildes, honestos y lejanos. ¿Sabían los jóvenes del equipo de futbol local que sus camisetas las pagaba un señor que por la noche organizaba la descarga de toneladas de polvo blanco disfrazado de fruta tropical? ¿Sospecharon siquiera que algún día ese polvo blanco los mataría?
En junio de 1990 el despliegue mediático y de recursos de la operación Nécora, (encabezada por el juez Garzón, representado en FARIÑA y, casualmente, espectador en el teatro ayer noche) la convirtió en la primera causa que en España logró unir fuerzas en la lucha legal contra el narcotráfico. Hubo cientos de detenidos, acusados, juicio y condenas de cárcel. ¡Bien!
Pero mal: 30 años después, la costa de Galicia sigue teniendo 1.495km de longitud y continúa figurando como bello testigo de muchas cosas, cada noche. Mientras, los capos de ahora ya no se exhiben en ferraris, son discretísimos y van sin boina, pero se ríen de todo y de todos, y brindan, seguros, en lejanos paraísos tropicales, perdón, fiscales.
Datos actualizados a 8 de octubre (18.30 hora peninsular española)
Diagnosticados | Muertos | |
---|---|---|
Mundo | 36.527.341 | 1.062.075 |
EE UU | 7.607.250 | 212.784 |
Europa | 6.097.719 | 238.007 |
España* | 848.324 | 32.688 |