¡Enhorabuena! |
Si el mundo no se hubiera parado de repente, si
el Covid no hubiera emergido desde no sabemos dónde, ni cómo, ni por qué ... yo no hubiera escrito ninguna
de estas crónicas y hoy estaría en Nueva
York, recuperándome del fiestón que hubiéramos dedicado a E. por su graduación en la NYU tras su Master en Leyes, con
premio extraordinario incluido.
Si lo miramos con perspectiva global, la nuestra no es más que otra pequeña
desilusión entre las infinitas realidades que se han visto truncadas parcial o totalmente a causa de la dichosa pandemia. Pero escuece. Tragándonos
el disgusto, lamiéndonos las heridas y reconociendo lo afortunados que, aún en esta
situación, seguimos siendo, ayer nos vestimos de gala -E con su vestido rojo y
el birrete morado de la NYU- para escuchar,
delante de la pantalla, los discursos de
esta peculiar “Virtual Celebration for the Graduating Class of 2020“. Ayer
comprobamos, de nuevo, que en estas ceremonias la distancia y las ondas congelan
los aplausos, los silbidos y hasta las emociones. Los alumnos, profesores y
celebridades que participaron "en diferido" alabaron en sus discursos el esfuerzo académico de
estos graduados 2020 y también hablaron de resiliencia (¡todo encaja!) deseando
y confiando que su formación y su energía den frutos en un futuro inmediato,
en busca de un mundo mejor. Le pusieron ganas, pero se echó en falta el aliento
y la energía de los verdaderos protagonistas, los alumnos que brindaban frente a una pantalla.
Mientras recuperamos el mundo real, el
que se puede tocar, felicito en voz alta
a E. por el enorme éxito de su graduación y su International Human Rights Award. Su coraje, su tesón y su talento
han destacado en una de las mejores universidades del mundo. Esto sí es hacer
marca España …
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