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miércoles, 29 de julio de 2020

Ejercicios ¿espirituales? en Pirineos

La semana pasada cumplí uno de los deseos más deseados durante las semanas de confinamiento: trekking por los Pirineos. Días de esfuerzo, cansancio, retos, risas, sustos, regocijo, satisfacción, alivio, amigos, superación, conformidad, admiración… y sobre todo belleza y naturaleza.

Vignemale
Vignemale  Refugio Oulettes de Gaube

Se trata de caminar, acompañada por el grupo, pero a solas con tu cuerpo y tu mente. El primero a veces responde, otras veces se queja, disfruta a ratitos y de tanto doler,  se auto cura. Sana él solito. La mente es, como sabemos, más compleja, y ahí está omnipresente, acompañando nuestros “penosos” pasos, mientras nos lleva y nos trae a situaciones y lugares diversos: nuestro pasado, nuestros planes, nuestros deberes por hacer. También revisa recuerdos de personas, seres queridos que ya no están, otros que aún llenan nuestro corazón. La mente, en pleno esfuerzo, nos dice “sigue, sigue, tú puedes”, “cuidado”, “ya casi estás”, “relájate”, “respira”, “goza”..

No hay duda de que es nuestra cabeza la que marca nuestra capacidad de seguir, de disfrutar, de, finalmente, sentirnos satisfechos por el camino amaestrado, el logro alcanzado.

Caminando estos días pensaba, qué curioso, no somos creyentes o al menos la mayoría del grupo no lo es, pero todos nos sometemos gustosos a esta especie de ejercicios espirituales, que ponen en blanco nuestras cabezas como si de un mantra se tratara. En definitiva:  un reseteado, una puesta a punto, una depuración del cuerpo y el alma, que nos ayudará después, en los momentos ajetreados que sin duda llegarán más adelante.

La montaña inspira y nos reta. Pero sobre todo, nos regala paisajes, flores, lagos, montes inexpugnables, pedreras, praderas, vistas de 360 grados que nos dejan extasiados. Este año la montaña nos lo ha dado todo y mucho más, pero la he encontrado frágil, con muchos de nosotros dejando huellas de plásticos, pisadas, restos… Solo puedo pensar en lo importante que sigue siendo el respeto y la humildad. Para conservarla, para disfrutarla.