Acabo de terminar la última de Muñoz Molina, casi 1.000 páginas, las que a mi me gustan.
No he leído críticas, de modo que aquí va mi opinión. Valoración global: novela importante, emocionante...pero, con algún pero.
El primero, su longitud. Y no lo digo por el número de páginas (como decía más arriba, soy amante de largas lecturas), lo digo porque me han sobrado algunas repeticiones de ideas o pensamientos. No creo que fuera necesario insistir tanto en algunos de los mensajes ¡ya los habíamos entendido a la primera! incluso los habíamos interiorizado. Aún así, una vez entendido el 'ritmo', la novela está extraordinariamente escrita, como no esperaba menos de este gran escritor.
El segundo, su deuda a Arturo Barea, a su imprescindible novela 'La forja de un rebelde'. Esta es sin duda, la mejor que he leído sobre la guerra civil y los años precedentes y está en primera persona, escrita y sufrida por su protagonista. Estimo que Muñoz Molina podría habérle mencionado en sus incursiones por los personajes reales de la preguerra civil o al menos le debía haber mencionado en la dedicatoria. He encontrado a Barea en estas páginas (interprete del servicio de censura a la prensa extranjera, protagonista de origen humilde que prospera por su genio, socialista, referencia a la madre lavandera, etc.)
Y sin peros: me ha estremecido, como al autor, conocer tan de cerca los paisajes, las caras, hasta el olor de los protagonistas; me he sentido dentro de la novela. Me ha satisfecho su esfuerzo de objetividad, sin duda uno de los mejores elementos de esta novela. Felicito al autor por ello
¡a leerla!