Eh! qué todavía hay clases! Esta frase, que usamos a la ligera para distanciarnos de
los demás con cierto orgullo por ser diferentes, se ilumina estos días con luces de neón si
pensamos en las infinitas formas que está alcanzando el confinamiento de la
población mundial.
Lo estamos viendo en la prensa y en las redes
sociales, que nos van contando con la
intención de entretenernos “lo bien, o
regular, que se lo montan algunos”; también
lo que están sufriendo otros muchos. De
hecho, se ha producido una especie de
ilusión colectiva: vamos a compartir nuestro salón, nuestras sesiones de yoga,
nuestras reuniones virtuales, nuestras cocinas, a veces nuestros miedos. Es insólito el
nivel de comunicación alcanzado. El futuro ya está aquí … Yo también
he sucumbido a la fiebre de compartir, la muestra es este Blog
resucitado que me sirve de excusa para sentirme parte de este nuevo universo ciber
conectado.
Mientras, algunos dan la nota!. Un ejemplo extraído
de las noticias de ayer: muchos
millonarios neoyorkinos se han lanzado a ocupar sus segundas residencias en los
Hamptons; hasta ahí algo comprensible ¿A quién no le gustaría salir de la
ciudad en esta situación de confinamiento?. Lo que es flipante es que varios se
salten todos los niveles de pudor a la hora de acatar el aislamiento, su
versión del asilamiento: “Tengo 200.000 dólares y necesito una mansión. La quiero ahora”. Algo así espetó un tipo
adinerado a una agencia inmobiliaria de
la costa este estadounidense. Y se quedó tan fresco, porque todavía hay clases.
Un inciso para otro recuerdo fetiche.
La primera vez que vi la película Blade Runner allá por 1982 quedé fascinada por
una escena en la que el protagonista Rick Deckard, bueno, Harrison Ford,
llegaba a casa con una fotografía, la
escaneaba y la aumentaba a golpe de clics hasta distinguir un detalle imperceptible a simple vista.
Yo entonces no conocía el verbo escanear,
igual ni existía. ¡Las fotos eran solo en papel! Aquello quedó en mi retina.
Cómo deseaba yo entonces disponer de un “aparato” que me permitiera una
comunicación inmediata y a través de imágenes. Y aquí está, llegó. Al mismo tiempo, el mundo es más parecido a la versión distópica
que nos presentaba Blade Runner (siempre lloviendo).
Hoy en España: 110.238 contagiados, 10.003 muertos, 26.743 curados
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