Aplaudir es fácil, un sencillo gesto de
coordinación de los miembros superiores; no lo es tanto decidir hacia qué o
quiénes dirigir las ovaciones. Aunque parece
que esta vez sí, que estos días de miedos y horrores colectivos hay un enemigo
común que nos mantiene decididos a vitorear
a los héroes anónimos que se la juegan en primera línea anti virus. En unos barrios suenan aplausos con el Resistiré,
en otros con el himno nacional o algún lolailo de los Manolos. Con fuerza y constancia, el aplauso de las ocho está alcanzando más allá del reconocimiento y agradecimiento a sanitarios, bomberos y fuerzas
de seguridad; para llegar a convertirse en un instante de puesta en común, donde mirarnos
y reconocernos, desde las ventanas, con nuestros vecinos.
Y hasta aquí el plato dulce. Porque, tristemente, ya han aflorado aquellos que se me ocurre denominar
“incompatibles”. Son esos tipos que
van a su bola, esos a los que, por ejemplo,
no les importa si conduces detrás porque pasan de poner el intermitente; pasan
de ceder el paso mientras se manifiestan profundamente ofendidos ante cualquier gesto que no redunde en su propio y,
a ser posible, único beneficio. Porque son “incompatibles” con el buen rollo. La
envidia, o quizá el miedo, les impiden ver más allá de sus narices y en estos
tiempos, como no, están dando el "do de pecho".
Son estos "incompatibles" los que en lugar de aplaudir a sus vecinos
enfermeros, cajeros de supermercado, limpiadores o mensajeros, han pensado que mucho mejor
si están lejos. Les envían notas sugiriendo, imperativamente, que abandonen
sus hogares y a sus familias. Mientras, que sigan arriesgando sus vidas
pero, ojo, que no amenacen su seguridad, la que ellos han conquistado por derecho
propio, con el simple gesto de mirar la
vida real desde sus ventanas. Suelen ser los “incompatibles” aquellos que no
desaprovechan ocasión para lanzar dardos contra los inmigrantes, pero que utilizan
los servicios de Glovo para pedir a domicilio cualquier chorrada; hacen
ingeniería financiera para evadir impuestos o consumen descargas ilegales para
no pagar por la música o la lectura… Se me ocurren muchas cosas que no me
gustan de estos tipos, pero nunca hubiera imaginado que llegaran a desarrollar conductas tan miserables. Aviso a navegantes: a los malos sentimientos no se los carga el
Covid-19.
Hoy en España: 177.633 contagiados, 18.579 muertos, 70.858
curados
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