Aquí van pensamientos, reflexiones, ideas sugeridas por el mundo que me rodea .... para compartir [LauraCA]



domingo, 5 de abril de 2020

Crónica ¡Buen viaje Luis Eduardo Aute!. 4 de abril

Portada del Volumen 1 Autorretratos.

Mi amigo J. envía hoy en un chat un par de videos de Aute  y una carita con una lágrima. Lo miro sin abrir los enlaces y le escribo tan contenta ¡Qué conexión J.! , ando yo estos día escuchando a Aute, disfrutando con su música, concretamente con  La Belleza.  Quince minutos más tarde escucho en la radio que Aute ha fallecido. Me quedo paralizada  y, al mismo tiempo saboreo  otro de esos acoplamientos de planetas y estrellas que tanto me hacen cavilar. Había estado disfrutando estos días de sus viejas canciones, sabiendo que estaba malito y preguntándome si tendríamos oportunidad de volver a verle en público; si viviría consciente de la surrealista situación que atravesamos.
La noticia de su fallecimiento y la manera como la he  conocido me ha llevado a recordar una experiencia algo similar  que experimenté en enero de 2016, cuando nos dejó David Bowie. El viernes 8 de enero de aquel año, viajando en el coche con R. escuchábamos el álbum Blackstar, su lanzamiento coincidía ese día  con su 69 cumpleaños. ¡Qué bueno!  Bowie siempre original, sigue en forma!, fueron nuestros comentarios.
El lunes siguiente, camino de la oficina, escucho en la radio las nuevas canciones y pienso, “ya está triunfando Blackstar”. La música cesa y el locutor anuncia que David Bowie ha fallecido.
Será una tontería pero el hecho de haber pensado en Bowie, en Aute, de haber gozado de su música apenas unos momentos antes de que se fueran …. me conmocionó entonces y me emociona ahora.
Y pensando en ambos veo con claridad su denominador común: eran dos tipos elegantes, muy elegantes.  

Bowie era glamour, vanguardia, travestismo, talento, elegancia pop y belleza andrógina. Se fue como un señor hacia la negra estrella que el mismo se había reservado en el firmamento. ¡Cómo disfruté una exposición dedicada a su obra y sus atrezos al año siguiente!. 

Aute no era glamour, pero sí un creador polifacético, sincero, explícito, sin altibajos. Veo en su honor un programa de tv con uno de sus conciertos en un bello y caluroso patio de Córdoba. Mientras en las  butacas se abanicaban  y secaban las frentes de sudor, Aute, desde su taburete, transmitía amor por lo que hacía. Le percibí más elegante que nunca, en su camisa blanca y desabrochada. Decía que cada vez entendía menos sus canciones pero que, quizá por eso, cada vez le gustaban más.
¡Buen viaje amigo!
Esta crónica está escrita mañana, pero es de hoy, 4 de abril, mientras escucho el álbum de Luis Eduardo Aute: Autorretratos.

Hoy (5 abril) en España: 130.759  contagiados, 12.418 muertos, 38.080 curados 

Hoy (4 abril) en España: 124.736  contagiados, 11.744 muertos, 34.213 curados

viernes, 3 de abril de 2020

Crónica Autosuficiencia 3 de abril


… Encerrado en mi casa
Todo me da igual
Ya no necesito a nadie
No saldré jamás
Ahora soy independiente
Ya no necesito gente
Ya soy autosuficiente
Al fin

Fragmento de la canción “Autosuficiencia” de Parálisis Permanente

Me comunico con mis hijos por WhatsApp, hablamos por videollamada;  sabemos más o menos cada día lo que hacemos unos y otros. Estamos lejos.
Pero  observo que confluimos en cavilaciones y ciertas reflexiones. Una de ellas es preguntarnos si seríamos capaces de vivir con menos dependencia; si sobreviviríamos a un mundo sin mercados, sin transporte, sin energía eléctrica.  Yo desde luego que no. No tengo oficio que, por ejemplo, en caso de volver a la Edad Media, me permitiese un trueque. Es algo en lo que pienso a menudo. Si tu eres, por ejemplo, comadrona, puedes ayudar en los partos y a cambio, recibes, por ejemplo, un cordero. Si eres peluquera, solo necesitas guardarte unas tijeras, un peine y tienes  en el bolsillo tu salvoconducto. Si estás fuerte como un toro puedes construir tu casa.  Yo quizá enseñaría a leer. Mi hijo sueña con  vivir en la naturaleza y producir su comida.   
Junto al reconocimiento de  mi total dependencia material reflexiono sobre la solidaridad. Qué pesadillas están resistiendo estos días los sanitarios, los policías, los bomberos, los militares, los transportistas… y,  al mismo tiempo,  les imagino cada noche, rendidos pero también satisfechos con su aportación para paliar los daños de esta crisis global. A los demás nos recuerdan  quédate en casa”. Somos los pasivos, los que llenamos las redes de comentarios, opiniones y muchas bobadas.
Cuando regresemos, cuando nos abracemos (como dice Iñaki Gabilondo) habrá que esforzase por ser un poquito mejores, cada uno en lo suyo.  Aunque nuestras labores no sean  estratégicas  para la supervivencia, que al menos no estorbemos. Suena bien, aunque lamento que la canción que me acompaña ahora mismo sea el grito punk de Eduardo Benavente.

Hoy en España: 117.710  contagiados, 10.935 muertos, 30.513 curados 


jueves, 2 de abril de 2020

Crónica Todavía hay clases. 2 de abril

Eh! qué todavía hay clases! Esta frase,  que usamos a la ligera para distanciarnos de los demás con cierto orgullo por ser diferentes,  se ilumina estos días con luces de neón si pensamos en las infinitas formas que está alcanzando el confinamiento de la población mundial.  
Lo estamos viendo en la prensa y en las redes sociales, que  nos van contando con la intención de entretenernos “lo bien,  o regular,  que se lo montan algunos”; también  lo que están sufriendo otros muchos. De hecho, se ha producido  una especie de ilusión colectiva: vamos a compartir nuestro salón, nuestras sesiones de yoga, nuestras reuniones virtuales, nuestras cocinas, a veces nuestros miedos. Es insólito el  nivel de comunicación alcanzado. El futuro ya está aquí … Yo también he sucumbido a la fiebre de compartir, la muestra es este Blog resucitado que me sirve de excusa para sentirme parte de este nuevo universo ciber conectado.
Mientras, algunos dan la nota!. Un ejemplo extraído de las noticias de ayer: muchos millonarios neoyorkinos se han lanzado a ocupar sus segundas residencias en los Hamptons; hasta ahí algo comprensible ¿A quién no le gustaría salir de la ciudad en esta situación de confinamiento?. Lo que es flipante es que varios se salten todos los niveles de pudor a la hora de acatar el aislamiento, su versión del asilamiento: “Tengo 200.000 dólares y necesito una mansión.  La quiero ahora”. Algo así espetó un tipo adinerado  a una agencia inmobiliaria de la costa este estadounidense. Y se quedó tan fresco, porque todavía hay clases.

Un inciso para otro  recuerdo fetiche. La primera vez que vi la película Blade Runner allá por 1982 quedé fascinada por una escena en la que el protagonista Rick Deckard, bueno, Harrison Ford, llegaba a casa con una fotografía,  la escaneaba y la aumentaba a golpe de clics hasta  distinguir un detalle imperceptible a simple vista. Yo entonces no conocía el verbo  escanear, igual ni existía. ¡Las fotos eran solo en papel! Aquello quedó en mi retina. Cómo deseaba yo entonces disponer de un “aparato” que me permitiera una comunicación inmediata y a través de imágenes. Y aquí está, llegó. Al  mismo tiempo,  el mundo es más parecido a la versión distópica que nos presentaba Blade Runner (siempre lloviendo). 
Hoy en España: 110.238  contagiados, 10.003 muertos, 26.743 curados

miércoles, 1 de abril de 2020

Crónica La belleza. 1 de abril


Reivindico el espejismo
de intentar ser uno mismo,
ese viaje hacia la nada
que consiste en la certeza
de encontrar en tu mirada
la belleza…

Es una estrofa de La belleza, una canción de Aute. Me sacude y me contenta cada vez que la escucho. Ayer sonó en la radio mientras hacía mis cotidianos tramos de escaleras y con ella subí y  baje varias veces, repitiendo su escucha “a la carta”. Me sucede con pocas canciones pero cuando ocurre,  lo disfruto con deleite.
Otras muchas veces, por el contrario, escucho canciones y de pronto me digo “se acabó”, “se me gastó la canción” y de verdad, no puedo soportarlas más.
La canción de Aute me recuerda, además,  a un viejo locutor de Radio3, Ramón Trecet. Este era un tipo muy poco simpático, más bien cascarrabias, pero ponía muy buena música y terminada su programa con una coletilla que, más o menos, decía así: “Amigos, disfrutad la belleza, porque es lo único que merece la pena en este asqueroso mundo”.
Me encanta ese lema. Igual que me emociona la película “La grande belleza”, que nos transporta por una Roma inigualable, bella por todos sus costados. Es como si la palabra en si misma,  “belleza”,  tuviera más fuerza que otras y abriera mis ojos para mirar, para contemplar de otra manera, de esa que conmueve.
No puedo ni deseo intentar definir la belleza. Respetando el consejo de Trecet, me  voy a empeñar en buscarla. En mi barrio, que ahora solo veo desde la ventana, en algunos mensajes, en ciertas llamadas, entre mis seres queridos, en las páginas de mis libros… La  voy a buscar también entre las noticias que ilustran estos días de miedos desconocidos. ¡la belleza, la belleza, la belleza!
Hoy en España: 102.136 contagiados, 9.053 muertos, 22.647 curados



martes, 31 de marzo de 2020

Crónica ... y Jacinta. 31 de marzo


No podía dejar a Jacinta,  la antagonista, sin disección. Últimamente percibo de forma acusada que en muchas novelas, películas, operas, series, etc.   cuando la heroína es una mujer, si me pregunto qué me transmite esa mujer, descubro que  muy poca cosa. Y concluyo que en muchos casos las mujeres protagonistas en realidad no lo son, que el autor o el director nos ha hecho alguna que otra trampa.
Volvamos a Fortunata y a Jacinta. La primera, una chica pobre e ignorante, al pairo de los que la rodean, la aman, la envidian o la mancillan; sin criterio alguno, sin personalidad; eso sí muy guapa, guapísima. La segunda, una sencilla señorita encorsetada por marido, suegros y demás parientes; buena por definición y con un destino preestablecido: cumplir como esposa y aspirar a ser madre, la mejor madre. Con estas descripciones creeríamos que las conocemos de cerca, pero no es cierto; son los otros personajes de la novela los encargados de modelar sus vidas. Ellas son una mera excusa del autor para exponer sus criterios, su realidad. No critico a Don Benito, para eso es el jefe aquí, solo matizo que tras los estereotipos femeninos de sus protagonistas le han quedado unas mujeres con cabezas poco interesantes.
Una sensación parecida me provoca la aproximación a ciertas operas, grandes tragedias shakespearianas o novelas rusas. Por ejemplo, Anna Karenina, gran novelón, pero cuando termino su lectura me falta algo. Pienso, ¿cómo es que se enamoran tan locamente estos personajes si no se conocen? ¿cómo es posible que sus vidas tornen en tragedias y que a lo lago de 1.000 páginas no tengan ni una sola conversación sincera?
Es cierto que también hay literatura donde el héroe masculino suscita entregas absolutas con tan sólo enseñar la barba, pero me atrevo a apostar que ganan por goleada las protagonistas idolatradas, capaces de provocar desdichas, tragedias, guerras y hasta epidemias con solo asomar la patita. ¿Conocemos siquiera un poquito a  Elena de Troya, a la Beatriz de Dante o a la pobre Dulcinea?. No decían nada,  no opinaban, igual ni pensaban. Sólo estaban allí; sus autores las manejaban y sus admiradores las sublimaban.
No existen musas que curen y cuiden enfermos, son mujeres de carne y hueso quienes protagonizan esos papeles. Estos días, las mujeres del sector sanitario y muchas otras son heroínas a su pesar.
Hoy en España: 94.417 contagiados, 8.189 muertos, 19.259 curados

lunes, 30 de marzo de 2020

Crónica Fortunata. 30 de marzo

Es lunes, comienza la tercera semana de este Estado de Alarma… Empiezo mi crónica y borro un primer párrafo en el que se me ha ocurrido, osada de mí, comparar estas crónicas con el Diario de Anna Frank. Pero no me atrevo a seguir; sería  pretencioso y de tono demasiado catastrófico. Me paro, me levanto, doy una voltereta y lo intento de nuevo.
Mi gran evasión estos días es la novela Fortunata y Jacinta. Me animé a leerla al cumplirse este año el centenario del  fallecimiento de Benito Pérez Galdós.  Y está resultando infinitamente mejor de lo imaginado. En realidad, lo que yo recordaba de esta novela era  una historieta rancia y costumbrista, procedente de la versión televisiva de 1980. Que miopía la mía, lógica por otra parte pues mis ojos entonces no tenían ni 20 años.  
La novela está llena de guiños y alusiones inteligentes a la política, la religión y la sociedad de su tiempo. No intentaré  añadir nada a las valoraciones y críticas de los expertos; solo mencionar algunas emociones o evocaciones que esta lectura me provoca. Entre ellas,  el regocijo de reconocer expresiones populares y decimonónicas que mi abuela y mi madre todavía usaban. Me paro a sonreír cuando las descubro en el texto. También es fascinante el viaje por los barrios madrileños, sus tiendas, sus cafés o sus corralas. Me entretiene consultar el mapa para acompañar a los protagonistas en sus itinerarios cotidianos. ¡Qué pequeña parece la ciudad de Fortunata!
Más mujeres, menos "Fortunatas"
Lo que me incomoda cada vez que me sumerjo en la novela es constatar con que crueldad “el honor” y “el qué dirán” eran ejes cardinales de aquellos tiempos. Pobrecitas las chicas, siempre sujetas a normas que otros disponían, siempre alertas ante la tentación acechante. Al mismo tiempo me satisface levantar la vista y reconocer un presente con varias generaciones de mujeres alejadas e  independizadas de la coerción ejercida por tantos “delfines”, “doñas lupes”, “rubines”, “guillerminas” o “feijoos”.  Me atrevo a decir que Madrid es hoy más grande, más compleja, quizá más peligrosa que en el XIX, pero muchas de sus ciudadanas caminamos ligeras, sin cargar con las condiciones de un cura, un querido, un marido o una señora puritana y gobernanta. 

Hoy en España: 85.195 contagiados, 7.340 muertos, 16.780 curados


domingo, 29 de marzo de 2020

Crónica El Diablo Cojuelo. 29 de marzo


Mientras bajo y subo escaleras en esta tarea diaria que me autoimpongo para no gangrenarme, escucho el programa “Volver para ser otros”, una mirada sosegada de Iñaki Gabilondo y varios expertos de diferentes disciplinas sobre lo que estamos viviendo y lo que está por venir. Y otra vez “Todo encaja”. Ocurre que Gabilondo hace su introducción al programa y menciona la novela de Luis Vélez de Guevara “El diablo Cojuelo” (año 1641). Mi cerebro se alborota al escuchar la cita pues es uno de los libros de cuyos enredos me hablaba mi padre, creo que incluso antes de que yo aprendiera a leer. Las historietas de un diablillo tan listo como travieso, que mostraba a un estudiante los secretos de los hogares madrileños “destapando”  tejados, me fascinaba entonces y nunca ha dejado de hacerlo;  no son pocas las ocasiones en las que me sorprendo evocando aquellas aventuras, imaginado que observo desde el aire las vidas privadas de mi ciudad.
Tejados  y vidas
El Diablo y su estudiante andarán muy entretenidos estos días, no sabrán ya ni donde mirar con casi un tercio de la humanidad, o más,  confinada en sus hogares. Hibernando dicen algunos columnistas. Las situaciones, los entornos, las circunstancias han de ser infinitas. Algunas bellísimas, llenas de amor y ternura; otras, aterradoras, y muchas,  extrañas. Mi imaginación se queda corta para intuir siquiera una porción de tantísimas vidas privadas
Intuyo muchas familias extrañándose con dolor, sabiéndose lejos,  y no precisamente en kilómetros sino en hechos coyunturales. Contemplo creadores dando lo mejor de sí, descubriendo que el mundo virtual acoge y celebra su ingenio. Admiro a quienes mantienen la cabeza fría y analizan y extrapolan datos, distantes e impasibles ante las especulaciones. Me pregunto también por la situación de personas cercanas cuyos trabajos están paralizados  ¿Cómo estarán mi peluquera, mi fisioterapeuta, la chica de Rodilla que me pone el café cada día? Y pienso también en personas ajenas; hace un rato, tras una extraña asociación de ideas, se me ha ocurrido pensar en las prostitutas. Sin clientes, ¿las estarán abandonando sus chulos, las mafias traficantes de mujeres? ¿Qué estará pasando con los millones de personas que viven al día, que sobreviven al día  en economías sin subsidios ni piedad?
El Diablo Cojuelo y su estudiante miran pero no actúan. Nosotros también miramos porque muchos tejados ahora se han levantado y no solo para que miremos, también, seguramente, para que interactuemos.
Hoy en España: 78.796 contagiados, 6.528 muertos, 14.709 curados



sábado, 28 de marzo de 2020

Crónica ¿Y después? 28 de marzo


Se cumplen 15 días desde la declaración del Estado de Alarma. Por aquel entonces ¡qué lejos!, a estas horas aún disfrutaba de una magnífica caminata por el Guadarrama. A fecha de hoy,  el estado de Alarma está  prorrogado hasta el 11 de abril y empezamos a preguntarnos ¿cómo será después?¿cómo seremos? ¿cómo seré yo, cada individuo, cuando esto acabe?
Las respuestas estándar, las dudas,  se agolpan sin esfuerzo. Entre todas, veo destacar una que inquieta:  ya nada será igual”,  palabras que si bien  nada concreto significan al mismo tiempo lo dicen todo. Por ejemplo, qué nunca habíamos vislumbrado experimentar una situación parecida, que no entendemos como aguantamos ni sabemos si aguantaremos, que ignoramos  cómo serán nuestras vidas la semana que viene. Que mientras tanto somos los mismos, pero sin maquillaje, y que nos gustaría, o no,  seguir siéndolo. Que estamos descubriendo novedades en nuestras almas y en las de quienes nos acompañan, aunque sea telemáticamente.
Veo en televisión a Jordi Ébole  contando su reciente experiencia de entrevistar por video al ex presidente de Uruguay, José Múgica. Explica que esta forma de hacer  TV estando cada uno solo en su casa, delante de la pantalla y con unos auriculares, sin técnicos alrededor, genera una intimidad y una corriente de sinceridad entrevistador-entrevistado que no había experimentado nunca. Otros muchos comunicadores han tenido que recurrir a esta fórmula y están realizando sus programas desde la privacidad de sus hogares. Aparecen con ropa informal, sin maquillaje, con una librería o una cocina de fondo. Y funciona. O así lo vemos quieres, también desde casa, intentamos mantener nuestro trabajo, nuestros afectos y nuestras rutinas.
Un atardecer CON
Y después, ¿Se nos olvidarán estos extraños días “sin” para entregarnos como si nada al “con”? La cerveza ¿la quiere con o sin alcohol? la tortilla ¿con o sin cebolla? el café ¿con o sin azúcar?  nos volverán a preguntar en las tabernas. Yo lo voy a pedir  todo CON, con compañía.

Hoy en España: 72.248 contagiados, 5.694 muertos, 12.285 curados

viernes, 27 de marzo de 2020

Crónica Nieva en Madrid. 27 de marzo


Me siento delante de “mi hoja en blanco”, sin muchas ideas. Me cuesta mantener el tono neutro. Ayer fue un día raro, me encontraba mal, nerviosa y mareada. En silencio me reprochaba, a mi y a mi entorno, haber sido quizá un poco descuidados con la prevención. No tenemos mascarillas y hemos salido a comprar con unos antifaces de los aviones puestos en la boca, con guantes de fregar… Finalmente descansé un poco de noticias, de mi misma poniendo la mente en stand by, salí a aplaudir, me tome mi vino en descansillo y  remonté. Mis síntomas imaginarios (flojera total) desaparecieron. Ayudaron mucho unos tulipanes enviados por mis hijos como regalo de cumpleaños.
También se acordaron de su abuela M. y otros tulipanes llamaron a su puerta. M. se puso nerviosísima; no entendía de dónde podían llegar y hasta pensó que eran del Ayuntamiento. Por fin logramos aclararlo y  el resultado ha sido un gran subidón de su estado de ánimo. Me decía “qué suerte tengo”. Estos pequeños detalles son en realidad muy grandes. Ayudan a quienes estamos en casa sin tareas comprometidas con estas circunstancias, aportando tan solo nuestra “distancia social” o, como ahora dice la OMS, nuestra “distancia física”.


De pronto entra un WhatsApp. El cuñado de una amiga, médico jubilado que ha mantenido la  atención a sus pacientes en esta crisis, acaba de fallecer por Coronavirus. https://www.abc.es/espana/madrid/abci-coronavirus-ultimos-dias-doctor-mata-mas-medico-confesor-familias-202003270121_noticia.html
Leo el  mensaje hasta tres veces  y al final, convencida de que era cierto, que no era un malentendido, respondo con la frase más cariñosa posible, consciente también de lo poco que servirá, ni esta y ni  las del resto del grupo, para el consuelo de su familia y seres queridos.  
Y aún hay más, el médico fallecido en Córdoba, el primer facultativo cuyo deceso fue noticia,  era primo de P., miembro del mismo grupo. https://www.diariosur.es/andalucia/fallece-cordoba-primer-20200325123304-nt.html. Devastador. 
Las bromas, las noticias, los consejos, los retos y hasta los malos rollos de estos días se deshacen como los copos de nieve que ahora mismo están cayendo sobre el asfalto en Madrid. Nos quedamos congelados.
Hoy en España: 64.059 contagiados, 4.858 muertos 9.357 curados

jueves, 26 de marzo de 2020

Crónica Principe Charles. 26 de marzo


Desde hace unos meses estoy suscrita a una Newsletter de la periodista Charo Marcos. Se llama Kloshletter (kloshletter@kloshletter@.com; Kloshletter vía mail6.suw15.mcsv.net). Es precisa y objetiva, con enlaces a noticias en diferentes medios. Estos días reúne titulares que sobrecogen. Una pequeña muestra: 

·Últimos datos actualizados en el mundo:
   467.594 contagiados 
     21.181 muertos
   113.770 recuperados

· Un tercio de la población mundial vive confinada por el coronavirus 

· Estados Unidos supera ya el millar de muertos mientras Nueva York instala una morgue improvisada en el mismo sitio que el 11-S. 

· Macron moviliza al Ejército francés. 

· Israel, entre la crisis política y la sanitaria. 

· Tokio pone en cuarentena a sus 14 millones de habitantes. 

· La ONU reclama a los gobiernos 2.000 millones de dólares para hacer frente al virus en los países pobres. 

· Más de 15 millones de brasileños se enfrentan al coronavirus hacinados y sin agua en la miseria de las favelas del país. 

· La OMS ha cambiado la expresión distancia social por distancia física. 

No sigo porque me puede dejar de latir el corazón. 

Y ahora, me quedo atónita al contemplarme abriendo el link del último apunte que dice: 

Y El Príncipe Carlos de Inglaterra da positivo y se recluye en Balmoral

Explícame eso!, me digo. ¡Con la que está cayendo! 

Poca aclaración. Se trata, hablemos claro, de mera curiosidad ante el padecimiento de los poderosos. ¿Morbo? Igual sí. 

¿Justificación?. Tampoco. Las otras noticias me dan miedo. Lo del Príncipe Carlos me entretiene. 

¿Moraleja? No me atrevo a concretarla. Mientras, tomo nota para llamar al coraje, al mío, y leer con más serenidad y en toda su  crudeza lo que está pasando, lo que estamos viviendo. 

Hoy en España: 56.188 contagiados, 4.089 muertos 7.015 curados

miércoles, 25 de marzo de 2020

Crónica ¡Un momento feliz! 25 de marzo


¡Un atardecer feliz!!



Cada día me conecto un rato en videollamada a tres bandas con mis amigas P y R. No paramos de “darnos la razón”, como dice R,  y comprobamos que estamos  evolucionando de forma casi paralela en nuestros estados de ánimo. Nos contamos lo que hacemos, cómo nos encontramos, lo que nos sorprende de las noticias; compartimos nuestra estupefacción ante la situación, ante un encierro tan necesario como extraordinario.  




Ayer noté que no andábamos muy locuaces, ¿qué será  lo que se va agotando? ¿las ideas? ¿el “sigue, sigue, no pares ….”? ¿la energía? ¿las ganas? ¿la esperanza?  ¿la ilusión? ¿la paciencia?

De pronto, P hizo una pregunta, algo así como ¿Cuál ha sido hoy vuestro momento más feliz?

Aquí dejo un renglón en blanco .....

... para materializar el silencio que se apoderó de mi alma. Me atrevería a decir que de nuestros tres corazones.

Me quedé noqueada, no era capaz de responder cualquier cosa del tipo  pues hoy ha salido una flor en mi terraza” o “me ha quedado muy rico el bizcocho”; pero tampoco me veía en respuestas trascendentes del estilo “me he sentido muy feliz porque mis seres queridos están bien” o “que felicidad al ver la solidaridad de unas mujeres de mi barrio que están cosiendo mascarillas”. No sé, era como que no encontraba la dimensión.

Pensando en el tema,  se me ocurre que me encuentro alojada en un termino medio, en la zona templada. Así conservo la calma, disfruto de lo cotidiano y miro de reojo las noticias. Así contengo la emoción cuando voy al supermercado y por la calle evito a los viandantes o dejo de respirar. Así no pienso en un potencial futuro sin achuchones….

Pero luego las cosas encajan. Al final, mi momento más feliz ha llegado esta mañana, inesperadamente,  cuando leo un mensaje de mi hija que me dice que está enganchada a estas humildes crónicas. Yo también lo estoy. Ayudan.

Hoy en España: 47.610 contagiados, 3.404 muertos, 5.347 curados


martes, 24 de marzo de 2020

Crónica Porque todo encaja. 24 de marzo

Hace poco terminé de leer Sapiens, el libro sobre la evolución humana que se ha convertido en un best seller. Lo leí de forma discontinua,  de modo que entre las interrupciones y mi mala memoria ahora no me siento muy capaz de resumir las numerosas ideas y teorías provocadoras que el autor aporta.

Pero algunas  si se quedaron en mi cabecita, como por ejemplo que a diferencia de otros seres vivos, los seres humanos hemos fabricado una ilusión, muchas.  Sobrevivimos aferrados a ideas que no siendo más que eso, ideas, convertimos en baluartes inamovibles y poderosos. ¿Cómo explicar de otra manera que luchemos a muerte unos contra otros por defender dioses, reinos, nombres, marcas, sociedades, estamentos … ?

Y lo pienso porque estos días observo que los ciudadanos, aunque creyéndonos individuos únicos, estamos evolucionando de forma muy parecida en nuestra percepción de la delirante situación que padecemos estos días. Diría que es por la similitud de pensamiento, por el concepto IDEA,  por lo que -¡y ahora lo descubro!- a casi todos nos hacen gracia los mismos chistes, memes y chorradas varias.  En ellos, en una ráfaga, en un dibujo, en una frase, identificamos un común denominador de nuestras inquietudes.

Ejemplo, me llega un meme que dice, “Vosotras, cuantos días lleváis sin sujetador?” y me parto. Otro dice, “IMPORTANTE: probarse vaqueros cada 2 o 3 días… los pijamas son muy traicioneros” y me río… Y lo hago porque estos chistes recogen en un solo renglón mi preocupación, la de muchas mujeres, sobre si estar recluidas en casa acabará con las "formas", y no solo las sociales, también las de nuestro cuerpo. Yo espero que no. 

Hoy en España: 39.673 contagiados, 2.696 muertos, 3.794 curados


lunes, 23 de marzo de 2020

Crónica Primer balance semanal. 23 de marzo


Ha pasado una semana desde que me lancé a estas crónicas del Estado de Alarma. Repaso la del  pasado lunes y es como si hubiera transcurrido más de un mes.

Ya no paseo por las zonas comunes de la manzana de mi bloque, ya casi no salgo a comprar, ya no me hacen mucha gracia los memes (ya hay menos), ya no creo que esto es un mal sueño….

Pero continúo pintándome la raya del ojo cada mañana, levantándome con ganas de conectarme al mundo; continúo aplaudiendo a las ocho; sigo con la rutina de pilates y sentadillas; bajo y subo algunas escaleras de mi bloque (despacito, que no se oye una mosca y no quiero que salgan los vecinos pensando que ya nos invade el ejército). Y sigo pensando que soy afortunada por muchas cosas.

¡cumple!
Pero ahora me estremezco con las cifras, ahora ya sí conozco personas que se encuentran mal. Algunos personajes públicos han fallecido, muchos anónimos continuarán haciéndolo, ahora me acuesto y tardo en sosegarme, la noche deforma y agranda mis miedos. ¿de verdad esto es un antes y un después? ¿estamos viviendo “en directo” pero “on line” el paso a una nueva era? Y es curioso, vayamos hacia donde vayamos, apuesto por un destino en color.

Y mientras hoy, voy y cumplo años …. Sin duda han sido felicitaciones especiales y me han encantado. Me he auto regalado/confecionado una tarta/bizcocho!


Hoy en España: 33.089 contagiados, 2.182 muertos, 3.355 curados


domingo, 22 de marzo de 2020

Crónica "vapeo o galleta María". 22 de marzo

Ayer me despertaba con un vídeo que se expandió como la pólvora y me llegó por varios chats. Un médico argentino exponía un remedio muy razonable para frenar el coronavirus
La solución,  tan sencilla como barata: si el virus, según la OMS, se muere a los 56ºC,  nada más eficaz que hacer unos vahos a la antigua usanza, como aquellos remedios caseros con hojas de eucalipto destinados a  despejar las vías respiratorias y reducir  los mocos. Ahora,  en lugar de mocos, el vapor se ocuparía de acabar con  Covid-19. 

El buen doctor
El nuevo bulo nos mantuvo ilusionados durante unas horas, es posible que algunas de ellas  bajo una toalla, inhalando vapor de agua.  Los expertos no tardaron en replicar al bienintencionado doctor: la  alta temperatura del vapor no mataría al virus pero, posiblemente,  nos abrasaría los pulmones. 
Yo, en la línea de escepticismo que apuntaba en otro de estos comentarios, tardé hasta 4 mensajes en mirar el vídeo. 

Cedí ante comentarios del tipo "suena sensato". Lo vi y como muchas otras veces,  me dije: no creo en los poderes sobrenaturales, no creo en los milagros; no creo en los remedios milagrosos. ¡no creo en las cremas anti-celulitis! 
Y aquí,  otro momento del pasado, de esos que van configurando nuestros "principios", nuestros "anclajes" a una determinada forma de "ejecutar la faena" en este mundo. 
Hace algunos años, atravesando un momento duro en temas de salud, pregunté a un amigo médico sobre los remedios naturales para prevenir o curar enfermedades como el cáncer. Nunca olvidaré su respuesta. Laura, ¿tu crees que si los médicos supiéramos que el cáncer se cura con una galleta María no lo diríamos, no trataríamos a los enfermos con ese remedio? Que buena lección amigo N. Estos días me  acuerdo de ti, porque estarás preocupado,  trabajando sin parar, arriesgando tu salud y "sin recetas de galletas María milagrosas para difundir en las redes sociales". 


Hoy en España: 28.572 contagiados, 1.753 muertos, 2.575 curados

sábado, 21 de marzo de 2020

Crónica WhatsApp. 21 de marzo

Hace  sólo una semana se declaró el Estado de Alarma; hace tan sólo una semana  me daba un paseo por el monte (el último de momento); hace  apenas 7 días que, un poco nerviosos, empezábamos a enviar y  reenviar mensajes de whatsApp en nuestros grupos. 
Lo cierto es que fueron un par días super divertidos; cada meme, cada vídeo, cada comentario era más gracioso que el anterior. ¡Mis más sinceras gracias a los ingeniosos, estáis en forma!
Ya hacia el lunes/martes la cosa empezaba a ponerse un poco pesada. Los mensajes llegaban repetidos, algunos no tenían tanta gracia y otros ocupaban demasiado tiempo. Podríamos decir que nos invadió un auténtico empacho de comunicación. Aún así, bendita comunicación. A ella nos estamos agarrando  como si fuera los salvavidas del Titanic: para no enloquecer solos, para saber de nuestros seres queridos, de nuestros mayores, de nuestros amigos y vecinos. A los mensajes frenéticos se han sumado, además, quedadas virtuales, vídeos  para mantenernos en forma, para saber cómo el Corona virus avanza inexorable. 
En mi grupo de Pilates la profesora se ha lanzado y ha grabado una clase desde casa. Tras seguirla, algunas han confesado que les han brotado las lágrimas de la emoción. Ay ay, empezamos a estar sensibles. 
Hace un par de días,  en otro de mis grupos (no tengo más de 4 verdaderamente activos) empezaron a colarse algunos mensajes que yo llamaría "mensajes consigna", críticas salidas de tono a la gestión de la crisis, alguna que otra fake news, burlas al feminismo, en ese tono resentido de cuanto peor mejor que tanto se estila en este triste país, ufff bochornoso. 
¡Con lo bien que iba la cosa de la comunicación!
Me empecé a preocupar y decidí dejar de leer/escuchar algunos de esos mensajes. No son estos momentos para dividir, pensaba, pero decidí callarme. En ese grupo no suelo participar mucho y hasta ahora, había dejado pasar por alto tales comentarios. Pero otro miembro del grupo sí decidió levantar la mano: Eh! que esto es un grupo de amigos, no es foro para posicionamientos ideológicos, con lo que tenemos encima. Lo hizo de forma educada, aunque muy clarita; la respuesta no se hizo de rogar y le acusaron de escribir un "panfleto comunista..." uff, uff, uff ... otra vez. El resto del grupo se hizo el loco, no respondió o se concentró en preguntar por otra amiga que al parecer se encuentra mal pero a quien aún no le han hecho la prueba. Llamada a la prudencia, imagino. 😕
Unas horas mas tarde llegó lo inevitable: G salió del Grupo (G es quien torció el tono del grupo; quizá ha pensado centrarse en otro foro  más receptivo a sus consignas extremas).
Y esto cambia un poco el tono de estas crónicas pues  nos pone en la realidad de quienes no dan la talla. ¿para qué ser generosos o tolerantes en momentos de crisis? se ve que algunos no lo ven. 
Mientras, mucha gente se la sigue jugando. Yo seguiré aplaudiendo en mi ventana (aunque ayer en el barrio también algunos aprovecharon el momento para lanzar sus mensajes ....) ohmmmmmmm, namasté 🙏

Hoy en España: 24.926 contagiados, 1.350 muertos, 2.125 curados

viernes, 20 de marzo de 2020

Crónica Aplauso. 20 de marzo

Hasta el pasado miércoles no salí a la ventana para dar el aplauso solidario hacia  los sanitarios que se la están jugando por nosotros estos días. 😬¿Y eso?
Resulta que desde pequeña me aferro a una íntima promesa que me impide seguir  las cadenas  de mensajes tipo "envía esta nota a 10 conocidos..." No lo hago jamás.
En mi infancia se estilaba una estúpida práctica que consitía en lo siguiente:  recibías en el buzón una notita informándote sobre algún milagro o cualquier chorrada y  si no reenviabas dicha nota (ojo! manuscrita) a 10 personas,  las consecuencias serían terribles. Te advertían que aquellos incrédulos que no lo habían hecho,  habían enfermado,  incluso muerto.  Tu y tus hermanos, tus padres, tus abuelos, tus vecinos, tus amigos, todos  estabais en peligro,  y de tí dependía...


Mis vecinos de enfrente sonaban fuerte
En aquellas ocasiones, mis padres, que nunca fueron proclives a seguir modas ni preceptos, se reían y rompían el papel. Yo, que entonces era una niña con mucha vida interior (vamos, que me tragaba mis dudas y miedos) entraba en pánico y, encima, no se lo decía a nadie. Pasaba unos días totalmente atormentada, vigilando por si alguien se moría. 

Cuando tuve un poco más de edad, y algo de discernimiento, juré, como Escarlata O'Hara, que nunca más haría caso de  llamamiento alguno destinado a  difundir  consignas y atormentar a mis conocidos.
En definitiva, un primer aprendizaje de escepticismo....
Y resulta que el miércoles  mi vecina me envía un Whatsapp: la quedada descansillo, tras el aplauso". No me quedó otra, abrí la ventana a las 20:00h. Y qué maravillosa sorpresa. Mi barrio hervía de gritos y emoción. Estuvimos más de 5 minutos dale que te pego. Y me gustó, me gustó mucho.
Ayer jueves, me sorprendí mirando el reloj para salir puntual. A los aplausos se ha unido el Resistiré que algunos emitían a todo volumen desde su balcón. Y también me gustó.

Hoy en España: 20.359 contagiados, 1.002 muertos, 1.585 curados

jueves, 19 de marzo de 2020

Crónica "distancia social". 19 de marzo


Allá va la pareja
Ayer, cuando enumeraba un poco de  léxico relacionado con  esta crisis aún ignoraba uno que define a la verdadera protagonista: distancia social. Sin embargo, ya lo había intuido, aprendido e interiorizado antes de conocer su denominación, su existencia.
Y es que ayer por la tarde bajé con Roberto a dar una vuelta en el patio de la manzana que ocupa nuestro bloque (3 vueltas en diferentes sentidos). Dicen que está prohibido, pero no encontramos motivo para no estirar las piernas, dado que no se trataba de organizar una quedada. Media horita nada más para tomar el aire.
El caso es que nos cruzamos con una pareja que literalmente salto metro y medio hacia la derecha cuando doblamos la esquina y nos encontramos; luego, el portero de uno de los bloques se quedó petrificado, sin respirar, agarrando los cubos de  basura, mientras pasábamos. Y yo tampoco respiré al pasar a 4 metros de un vecino que estaba en una esquina hablando por teléfono mientras echaba un cigarrillo.
Después, y esto si fue duro, por lo mucho que nos emocionó, nos detuvimos un ratito para no cruzarnos con una pareja de ancianos que arrastraban lentamente sus pies cogidos de la mano ¿De que hablarían? ¿comentarían sobre esta insólita coyuntura? ¿estarán asustados? ¿les consolará estar juntos?
Un poco más tarde, viendo las noticias,  lo escuche:  distancia social, distancia social, distancia social, distancia social .... 
ATENCIÓN, ES OBLIGATORIA  en el transporte público, en los supermercados,  en las calles, en casa si tienes un mayor o un enfermo .... 😨😱😷!!! 


Hoy en España: 17.325 contagiados, 789 muertos, 1.107 curados

miércoles, 18 de marzo de 2020

Crónica descansillo. 18 de marzo


Solo tres días (laborables) y ya parece que lo hemos dicho todo, casi todo, respecto a la situación de encierro o confinamiento. Sin tocarnos, hemos hablado de: complot, envenenamiento, miedos, vacunas, curas, contagios, ruina, bancarrota, mascarillas, alarmas,  fronteras, medidas anti coronavirus, teletrabajo, aburrimiento, gimnasia, pilates, recetas, bulos, ciudades desiertas, tiendas desabastecidas, papel higiénico, desinfección, muertos, curaciones,  ancianos, desempleo, crisis, distopía, ciencia-ficción, apocalipsis, pandemia, ..........
Lo que no dejamos es de comunicarnos, y esto me gusta. Y eso que yo me considero del grupo de no superhabladores ...  y mírame, repartiendo mensajes a troche y moche; resucitando este blog, haciendo videoconferencias a tres bandas. Es como una resistencia social al aislamiento. Las redes nos lo ponen fácil,  pero si no estuvieran conseguíamos otras formas de hacerlo, porque así se ha hecho siempre.

Yo,  ahora,  cuando quiero hablar con mi vecina, le envío un whatsapp y le digo: descansillo en 5'. Pero bien podría salir y llamar a su puerta. Así de sencillo.

Hoy le he pasado un trozo de bizcocho en una bolsa colgando del palo de la escoba. Es que sigue con mucho miedo. Al rato, recibo whatsapp: Descansillo en 5'  y me deja dos mascarillas. Un detalle, pues no teníamos ninguna. También me da la pista de utilizar los antifaces de los aviones... gran idea.

Ayer celebramos copichuela en el descansillo. Cada pareja en su casa. Ellos nos pasaron el jamón (lanzado) y nosotros el queso (relanzado). Estuvimos una hora hablando. Fue estupendo.
Y pienso, a veces paso meses sin ver ni hablar con mis vecinos... y ahora... que bien que nos tenemos.
Luego hago un repaso mental y pregunto a los amigos, la familia, los compañeros de trabajo ¿qué tal lo llevais? lo malo es que la palabra "ánimo" se me está desgastando. ¿lo podré seguir usando dentro de una semana? de dos? de tres? uffff Si no, habrá que inventar otra.

Hoy en España: 13.716 contagiados, 598 muertos, 1.081 curados



martes, 17 de marzo de 2020

Crónica Corina. 17 marzo


Como ayer, el día empezó fuerte. A pesar del atracón de mensajes de ayer, pero tras el descanso, parecía que  todos teníamos ganas que levantar la manita muy temprano. Estoy aquí! estoy aquí! 🙋seguimos!, seguimos!💪.
Luego hemos ido perdiendo fuelle y ahora, a mediodía, ambiente de siesta. zzzZZZ.... hace mi ordenador.
Mi hija acaba de llegar de Estados Unidos; ha escapado salvada por la campana de Nueva York, donde hasta hace 2 días paseaban e iban a bares (fíjate tu!). Ayer por la tarde ya recibió aviso de que debía abandonar la residencia de la universidad.... menudo bombazo cayó entre los estudiantes procedentes de todo el mundo. Y ahora? Cómo es esto? Dónde voy? Puedo volver a mi país? Podré volver a recoger mis cosas? Preguntas sin respuestas verdaderas,  pues nadie sabe qué va a pasar.
Lo que si es cierto es que la epidemia es más rápida que cualquiera de nosotros y que los escenarios cambian tan rápido como se mueven las sombras.
Mi vecina de enfrente y yo empezamos a establecer rutina con nuestros meeting point en el descansillo. Ella y su marido en su puerta y nosotros (yo con el mío) en la mía. No me deja ni acercarme a pulsar la luz. Tiene un trapo con lejía sobre el felpudo. Parece más asustada que nosotros. Aunque no le faltan datos pues su hijo en prácticas de policía ve cosas que asustan. Hoy a las 8 nos vamos a ver con un vino y un poco de jamón. Cada uno en su casa pero con  las puertas abiertas.
Con mis amigas R y P hemos empezado a llamarnos a tres bandas. No nos falta conversación, vamos que no paramos con nuestras teorías e hipótesis.  Hemos acordado ponernos temas de debate. Mañana hablaremos del Rey Emérito y el caso Corina (de ahí el nombre de esta crónica, inspirado también en el hecho de que el autocorrector de mi teléfono escribe Corina cada vez que intento mencionar el Coronavirus de las narices.
Con mi grupo de Pilates mantengo una comunicación discreta,  son majísimas. Ayer empezamos a practicar ejercicio con el enlace en Youtube que nos ha recomendado nuestra super profe y estamos muy motivadas https://www.youtube.com/channel/UCRGL8R2y7BQjtYcFxHSTijA. Algunas comentan que no quieren ver la tele, que han empezado a dar baldosinin a la cocina...
Hoy voy a salir a comprar algunas cosas. Tras tres días sin pisar la calle me da un poco de miedo...¿empezaré a sufrir agorafobia? en algunas pelís empieza así; te quedas retenida y cuando te dejan salir, ya no te atreves. Iré con guantes, pero no tengo mascarilla. A ver qué siento.

Hoy en España: 11.184 contagiados, 498 muertos, 530 curados.