Nunca había visto a José Sacristán en el teatro. Y lo he hecho viéndole como protagonista en una obra de David Mamet en el Teatro Bellas Artes (15/04/2018).
Con réplicas del Javier Godino (en el papel de su timorato pero ambicioso ayudante), Sacristán interpreta a un poderoso millonario estadounidense, un cretino que ejerce sin remilgos su prepotencia. Ya entrado en años, se confiesa prendado de una bella mujer joven que se ha convertido en su plan de futuro. El la va a cuidar. "Alguien tenía que hacerlo" nos dice, y ella, la mujer bella e irresistible, "le ha escogido a él (entre otros muchos) para esa tarea". Se siente feliz, colmará a su amada de riquezas y le dedicará su vida.
Pero ese día las cosas se tuercen y el millonario nos las cuenta a través de conversaciones telefónicas que mantiene con diversos tipos (su abogado, el vendedor de su jet privado, un influyente cargo público ...) para lograr superar cualquier obstáculo, al precio que sea, y conseguir su único objetivo: cuidar a su preciosa muñeca.
El tema es actual, conocemos muchos casos de hombres maduros, tiburones que se convierten en peces payaso cuando eligen vivir sus últimos años "cuidando" a bellas señoritas. El protagonista de esta obra está en su sano juicio, no se ha vuelto loco de amor, ha elegido esta opción con todas sus consecuencias y la va a ejecutar por encima de todo.
La obra exige una gran atención pues las conversaciones telefónicas deja al espectador la tarea de "imaginar" las replicas al millonario. Hay momentos difíciles, sobre todo porque ni el protagonista ni el ayudante generan empatía alguna. Son personajes del competitivo y traidor mundo de los negocios y la política.
Lo importante, para mí, el genial Sacristán. Parte, desde luego de un don, su portentosa voz. La usa para ser imperativo con sus iguales, déspota con su ayudante y cariñoso, pero no baboso, con su amada. Sabe usar los silencios y llena todo el escenario. Que suerte haberle visto tan de cerca, tan vivo y tan profesional. Supongo que a él, el millonario tampoco le caerá muy bien.
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